
Siempre creí que el tiempo paraba en un abrazo,
en aquellas caricias que hacíamos eternas
donde nada fue malo, ni bueno, ni pequeño,
tan solo suficiente para vivir el sueño,
para vivir contigo, para vivir colmado,
de esa dulce locura, sin guión ni partitura,
reinventando las huellas de ese camino virgen
que henchido de pasión espera ser andado.
Pero todo acabo el día en que te fuiste
enseñándome un tiempo que se quedó dormido
en estas largas noches en que no estás conmigo;
hoy me faltan mañanas para soñar contigo,
se detuvo mi tiempo, …desde que tú te has ido.
Negomorey 27/ marzo/ 2011
Precioso...
ResponderEliminar