Cuentan que a veces, hasta los más insignes chamanes temían su poder,
que en noches de luna llena su cercanía despertaba los más profundos deseos de pasión
y un abandono pleno de la voluntad en favor de la carne y la lujuria.
Todos odiaban la adorable sensación de desenfreno a merced de sus encantos,
todos se sabían presas en lo sublime,
donde la extenuación y la vergüenza se cruzan sin mirarse, …hasta el final.
Dicen, que aquellos que conocieron su trémula presencia no sobrevivieron,
dicen que sus rostros yacían sonriendo, …a pesar de sus lágrimas.
Negomorey 11 / sep/ 2011
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